¿QUÉ SON LOS PRONUNCIAMIENTOS?

“PRONUNCIAMIENTO” una palabra que al igual que “liberal” y “progresista” fue exportada por España al resto de los países. Esta palabra es conocida en francés, italiano e inglés.

La palabra pronunciamiento designa una acción militar, liderada por jefes militares, y cuyo objetivo es derrocar al gobierno actual y sustituirlo por otro afín a los militares golpistas o incluso colocarse ellos mismos al frente del gobierno. Resumiendo, el pronunciamiento es un golpe militar con finalidad política.


Pronunciamiento

SUS MOTIVOS

Su origen es incierto, la palabra pronunciamiento la utilizó Polier (1815) y Riego (1820), ya entonces Riego hablaba de “heroico pronunciamiento”. La conjunción político-militar de los pronunciamientos tienen su esplendor histórico con el liberalismo español y uno de los primeros desencadenantes fuera la competencia por los nombramientos y soldadas surgida después de la Guerra de la Independencia entre los militares regulares y los irregulares.

Finalizada la Guerra de la Independencia el ejército debía integrar dos tipos de militares: los regulares, casi todos fieles al Rey, y los guerrilleros, que sin ser militares profesionales, se habían distinguido en la lucha. A la vuelta de Fernando VII, los regulares, que muchos de ellos no se pusieron de parte del pueblo el 2 de mayo, pasaron a ocupar los puestos más importantes, mientras que los irregulares fueron olvidados y relegados a puestos vacíos de poder y sin relevancia. Además el regreso de Francia de los oficiales prisioneros ocasionó que muchos se quedaran sin empleo.

En definitiva que muchos liberales, héroes de guerra y guerrilleros se vieron relegados a destinos oscuros y consideraron su relegación una deliberada condena política. Muchos de éstos se hicieron masones y pasaron a formar parte de la facción que aspiraba a un cambio de sistema. Los pronunciamientos fueron encabezados sin excepción por hombres del nuevo ejército.

Además, también el malestar estaba extendido entre las filas de los políticos liberales e incluso entre algunos grupos monárquicos influyentes. El Manifiesto de los Persas 1814 terminó con las ilusiones de los liberales y con las promesas hechas en Valencia. El descontento estaba también en algunos realistas que, si bien no eran partidarios de una revolución, tampoco estaban conformes con la política llevada a cabo; la supresión de los periódicos, de la censura, etc.


LOS MÁS RELEVANTES

Fueron muchos las conspiraciones, intentos y golpes durante el siglo XIX. Entre 1814 y 1820 los 9 pronunciamientos contabilizados tenían objetivos parecidos, derrocar a Fernando VII e instaurar el liberalismo:

1º Milans del Bosch, pronunciamiento de Valencia,(17 de marzo 1814);

2º Espoz y Mina, pronunciamiento de Pamplona (25 septiembre 1814);

3º Juan Díaz Polier, pronunciamiento de la Coruña (19 de septiembre 1815);

4º Vicente Richard, la famosaConspiración del Triángulo(21 febrero 1816) ;

5º Lacy, Milans, Torrijos , pronunciamiento de Caldetas (4 de abril 1817);

6º Juan van Halen (21 septiembre 1817);

7º san Miguel y Valledor, la conjura del Palmar (8 de julio 1819);

8º Joaquín Vidal, Lis y Calatrava, pronunciamiento de Valencia (1 de enero de 1819);

9 º Quiroga y Riego, de Cabezas de San Juan (1 de enero de 1820) .

Riego

Riego y sus soldados tras el pronunciamiento


EL ÉXITO FINAL

Los intentos fueron muchos, también los fracasos porque no tenían el apoyo del pueblo. El pueblo español no entendía ni quería entender estas cuestiones y no tomaba parte en ellas. Era un tema de los políticos y de los militares que se manifestaban mediante la famosa conjunción político-militar contra el Borbón, encendían la mecha y como el oxígeno disponible era insuficiente, se apagaba y Fernando VII seguía en su puesto.

Pero además, no es que el pueblo llano español, no participara en los golpes liberales, sino que la mayoría de las veces se ponía espontáneamente en contra, muchas veces incluso junto a los soldados del regimiento que mandaban los generales.

Finalmente en 1820, se logra el objetivo, de casualidad triunfa el Pronunciamiento de Riego y el rey felón se convierte en liberal, por algún tiempo, claro.

El éxito de la revolución de 1820 no debemos encontrarlo en la buena organización y planificación del golpe, sino en la extrema debilidad del régimen y a que los soldados, en esta ocasión, obedecieron y apoyaron a sus jefes y oficiales:

Soldados, yo no podía consentir, como jefe vuestro, que se os alejase de vuestra patria, en unos buques podridos, para llevaros a hacer una guerra injusta al Nuevo Mundo; ni que se os compeliese a abandonar vuestros padres y hermanos, dejándolos sumidos en la miseria y la opresión... Un rey absoluto, a su antojo y albedrío, les impone contribuciones y gabelas que no pueden soportar; los veja, los oprime y, por último, como colmo de desgracias, os arrebata a vosotros, sus caros hijos, para sacrificaros a su orgullo y ambición. Sí, a vosotros os arrebatan del paterno seno para que en lejanos y opuestos climas vayáis a sostener una guerra inútil, que podría fácilmente terminarse con sólo reintegrar sus derechos a la Nación española. La Constitución, sí, la constitución basta para apaciguar a nuestros hermanos de América.

Manifiesto de Riego, 1820